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Significado del color en el xoloitzcuintle

 

Simbolismo cultural e histórico

 

El Xoloitzcuintle ocupó un lugar sagrado en la cosmovisión mesoamericana. En códices mexicas se dibujaba al itzcuintli con cuerpo claro y manchas oscuras: típicamente de color blanco o gris con manchas negras. Este esquema alude a su condición especial, aunque en la realidad los xolos suelen ser oscuros o rojizos.

 

En el mito del Mictlán, el color del perro determinaba su papel guía: solo los xolos de pelaje rojizo o pardo claro (tono café o amarillento) podían cruzar el río de la muerte con el difunto; un xolo completamente negro habría “guiado ya muchas almas” y uno muy blanco “se ha lavado” por ser inexperto. Por ello, las leyendas insisten en que un perro negro o blanco no podía llevar almas al más allá, mientras que uno de color intermedio (café/rojizo) cumplía la misión. Esta creencia prehispánica queda grabada en el arte funerario: por ejemplo, figuras de Colima del 300 a.C.–600 d.C. suelen modelar al xolo con engobe rojo-bermellón brillante, decorado con manchas negras (naturales por manganeso del suelo).

 

 

Figura: Escultura prehispánica de Xoloitzcuintle (cerámica Colima, 300 a.C.–600 d.C.), con engobe rojizo pulido y manchas negras*. Estas obras destacan la piel “moteada de leonino y azul” descrita por los cronistas, y reflejan la importancia del perro como guía de almas. A su muerte, los antiguos nahuas sacrificaban un xolo (de preferencia amarillento-rojizo) junto al difunto para que su espíritu lo acompañara. En resumen, en la tradición prehispánica el color rojizo o café del xolo era símbolo de guía espiritual, mientras que el negro o el blanco se asociaban a límites (del pasado) o inexperiencia.

 

En la época colonial, observadores como Francisco Hernández describieron al xoloitzcuintle “con piel suave y lisa, manchada de leonino y azul”, es decir con tonos marrones y grisáceos. En el México moderno el xolo sigue siendo un icono nacional (por ejemplo es símbolo de la Ciudad de México) y aparece en obras de arte y celebraciones (Día de Muertos, arte popular, esculturas). Aunque hoy día no subsisten creencias estrictas sobre el color (se reconoce la diversidad cromática histórica), persiste la admiración hacia los xolos oscuros o moteados que remiten a sus representaciones antiguas.

 

Valor estético y social

 

En el ámbito de criadores y exposiciones, el valor estético del xoloitzcuintle suele ligarse a colores uniformes y oscuros. Los estándares oficiales (FCI, Federación Canófila Mexicana) prefieren ejemplares de tonos sólidos oscuros. Por ejemplo, la FCI establece que se “prefieren los colores uniformes sólidos y oscuros” (negro, varios grises, rojizo, hígado, bronce, rubio), admitiendo también perros manchados con blanco. La FCM coincide en que “se prefieren los más oscuros posible y ambos ojos del mismo color”. En la práctica, muchos juzgadores y aficionados asocian el pelaje negro o gris uniforme con la “autenticidad primitiva” de la raza, considerando las variedades claras o muy moteadas como menos típicas.

 

Figura: Xoloitzcuintle contemporáneo sin pelo (pelaje gris oscuro). La piel de los xolos sin pelo suele ser negra o grisáceo-oscura; de hecho, contiene abundantes melanocitos (pigmento) que la vuelven más gris cuando se expone al sol. Los criadores prefieren estas tonalidades oscuras uniformes (FCM: “los más oscuros posible”), como las que muestra la foto. En la cultura popular se destaca su imagen mística independientemente del color (por ejemplo, la película Coco representa a Dante como xolo blanco con manchas para fines narrativos, aunque esto difiere de la tradición). Sin embargo, en México el xolo juega un rol de emblema patrimonial y estético: aparece en logos (e.g. de la FCM desde 1940) y obras de artistas (pinturas de Frida Kahlo, Diego Rivera, esculturas públicas), reforzando su valor social más allá de su coloración.

 

Genética y estándares de raza

 

El fenotipo sin pelo del xoloitzcuintle se debe a una mutación genética dominante (en el locus FOXI3) que causa alopecia congénita y afecta la dentición. 

 

En cuanto a la coloración, el xoloitzcuintle presenta la misma variabilidad que otros perros: genes del pigmento eumelánico y feomelánico generan ejemplares negros, marrón (hígado), rojizos, rubios o grisáceos (dilución del pigmento). También existen patrones de manchas blancas (“mariposa”) debidos al gen S (piebald). Sin embargo, los estándares oficiales restringen ciertos colores. El estándar FCI de la raza permite negro, gris negruzco, gris pizarra, gris oscuro, rojizo, hígado, bronce o rubio (y permite manchas blancas). En cambio, descalifica colores no mencionados (como el merle “mirlo”, blanco sólido, tricolor tipo “negro y fuego” o sable). Por ejemplo, la variante “negro y fuego” (negro con marcas amarillas) no se acepta oficialmente aunque hay indicios de que este patrón existió históricamente en perros americanos.

 

A continuación se compara brevemente el color según simbolismo antiguo y estándar moderno:

 

Color / patrón Simbolismo prehispánico Estándar FCI
Negro “Ya guió muchas almas” (leyenda: no debía volver a cruzar). Presencia de manchas negras en códices. Permitido y preferido si es uniforme oscuro.
Blanco (sólido) “Muy joven” (no atraviesa Mictlán). Perros blancos aparecen “lavados” en mitos. No aceptado como color sólido (solo manchas). Prohibido.
Café / rojizo Color ideal para guía del muerto (pardo claro). Asoc. con perro sacrificial. Permitido (se enumera “rojizo” en estándar).
Gris (dilución) Presente en representaciones (cabeza grisácea moteada). Permitido (gris negruzco, pizarra, oscuro).
Manchado (blanco y negro) Frecuente en códices (perro “moteado” es común). Permitido (se admiten “manchados con blanco”).
Merle (“mirlo”) / bicolor “fuego” No tradicional en los mitos; aunque existió en América, se creyó introducido por cruces modernos. Prohibido (colores mirlo, negro-y-fuego, sable, blanco sólido, etc. son faltas graves).

 

Esta comparativa muestra que lo que era simbólicamente significativo (p.ej. tonos rojizos) coincide con lo preferido en el estándar, mientras que colores desaprobados (blanco total, merle) se alinean con creencias de “no guiado” o con mitos coloniales.

 

En conclusión, el color del xoloitzcuintle ha tenido distintas connotaciones: desde sus orígenes sagrados (solo los xolos de tonos café-rojos eran elegidos como guías de almas) hasta su valoración actual (se aprecian colores oscuros uniformes según los estándares). Su amplia paleta genotípica permite esos matices, pero los clubes caninos y criadores la encuadran en rangos muy específicos para preservar la identidad de la raza.

 

Fuentes: Estudios histórico-antropológicos y fuentes oficiales canófilas han sido consultados para este análisis. Cada afirmación importante está respaldada por la bibliografía citada.

Somos Xolos Ramirez, El Mejor Criadero Xoloitzcuintle en México.

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